martes, 17 de mayo de 2011

Things I should keep to myself, pero no...

Mi nombre es Cesar Robles y tengo una #neurona, sí… solo una, la única sobreviviente al alcohol y a la rumba… al desboque y al exceso… tengo una #neurona y la amo con todo lo q tengo… después de todo, es la única que me queda… su nombre es #Marcelo

Comencemos por aclarar algo, la #neurona no es un amigo imaginario o mascota, no es una voz q oyes y te susurra al oído, no es el angelito o el diablito… no… la #neurona es un proceso mental, una idea, es la esencia misma de tu pensamiento… el “EVIL ME” como diría Randy Domínguez… “el otro yo del Dr. Merengue”…

Tu #neurona piensa lo que tú no te atreves a pensar, dice lo que nadie dice y hace cualquier cosa que sea impropia y satisfactoria… es quien siempre te dice “y por qué no?”…

Esta es la historia de cómo nos encontramos mi #neurona y yo… y el momento en que nos volvimos inseparables… era el 31 de octubre de 2004… Noche de Brujas… madrugada del 1 de noviembre… Día de Todos Los Santos… Qué circunstancias me llevaron a donde estaba y con quién estaba no son importantes, porque nada, nunca, podrá justificar o disculpar lo que sucedió esa noche… bajo ninguna circunstancia… jamás…

Él y yo habíamos tenido un reencuentro esa mañana allí en su casa… algo para recordarnos, después de que rompimos… yo había ido a buscar mis cosas, él hizo el desayuno y bueno… esas cosas pasan. Ese día volvimos a tomar caminos separados y esa misma noche nos volvimos a encontrar… Bueno… 12 horas, un par de desplantes y unas cuantas botellas de Vodka después nos volvíamos a topar y volvimos a su casa… el ambiente ya no era tan afable…

Habíamos tenido una buena relación… problemas como cualquiera, pero muy respetuosa y mucho cariño… por eso no sabría explicar lo q sucedió luego…

La discusión comenzó muy mal… comenzaron a salir fantasmas del pasado y reclamos q ya creíamos olvidados… se fue subiendo el tono y la entonación… sonaban manotazos sobre el counter de la cocina y solo los insultos eran más fuertes que el kabreo… no me preguntes qué, ni cuánto nos dijimos, ya no me acuerdo… no tiene sentido intentarlo…

Cuando la ira ciega la mente no hay nada más q hacer que retirarse… pero no… You should know better…

Cuando las palabras no fueron suficientes pasamos a las manos… No sé quién tiró el primer golpe… sinceramente no lo recuerdo… tal vez sinceramente no quiero acordarme… De la cocina pasamos a la sala entre empujones y puñetazos… la razón?, ciao pescao… solo rabia… pura rabia… solo eso… el ruido de los gritos y las cosas q caían era abrumador… por sobre la mesa de centro al sofá… del sofá al suelo… Nos revolcamos a golpes hasta que nos quedamos sin aire y cuando recuperábamos algo de fuerza seguíamos un poco más… hasta q no podíamos ni levantar los brazos...

Habíamos tenido una buena relación… problemas como cualquiera, pero muy respetuosa y mucho cariño… por eso no sabría explicar lo estaba sucediendo…

En un momento estábamos jadeando en la alfombra trying to pin down the other one to the floor… y al otro (suspiro)… Intenté incorporarme subiendo al sofá, pero los módulos se separaron y caí atrapado entre las dos unidades… mi cara contra el suelo, no podía respirar… no lo podía ver…

Giré para tomar aire pero no alcanzaba a apoyarme para levantarme… al momento siguiente él estaba hincado sobre mí… sus rodillas presionando mis costillas con todo su peso… su sudor me goteaba sobre la cara… ninguno de los dos se movía… solo jadeábamos… después de todo el alboroto lo único que se escuchaba era nuestra respiración entrecortada… como cuando hacíamos el amor… pero no.

Cuando subí la mirada me di cuenta… me observaba en silencio… es mirada… damn… I knew it… a pesar de todo he was holding back, él había estado resistiéndose, until then… Yo tenía que saberlo… siempre lo supe… cómo no saberlo?… él no iba a terapia por el gusto, y yo solo estaba provocándolo… hasta las últimas consecuencias… the ultimate revenge… y lo conseguí… my suicidal tendencies got the best of me… y lo vi, en su mirada… en el brillo de sus ojos… ya no se estaba resistiendo más… se iba a dejar llevar y se iba a llevar lo que tuviera por delante… lo que quedó de nosotros...

And then, right there… a thought hit my mind… What the hell I was doing to him?… to myself… Note2self: Never have a Guilty Trip during a fight… damn… What kind of human being I was turning into?

Hump… the first blow took me by surprise… traté de moverme y no podía… mire hacia abajo… estaba sentado en mi pecho, sus piernas me inmovilizaban los brazos y sus muslos me apretaban la caja torácica como quien galopa “a pelo”… hump… el segundo golpe me hizo reaccionar… pero no podía ir a ningún lado… el tercero y el cuarto… hump… hump… y allí lo escuche la primera vez, “Así se siente q te saquen la mierda?”… no podía escuchar más nada… él gritaba, creo q gritaba… yo gritaba, creo q lo hacía… pero no se escuchaba nada… solo silencio… silencio y el sonido del puño cuando golpea contra la piel… hump... alguna vez lo has oído? es un sonido sordo, limpio, una frecuencia muy baja… hipnotizante… y allí estaba de nuevo, esa voz “Pues no duele nada… no entiendo cuál es la bulla”… es verdad, no dolía… mi cuerpo se estremecía al contacto del siguiente golpe y del siguiente, pero no dolía… y había dejado de resistirse… en algún momento mis brazos se habían salido de debajo de sus piernas… pero no me movía… hump… hump… hump… “Eso te pasa por no haberte ido a casa cuando pudiste”, me dijo la voz… “Ahora cosecha de lo que sembraste”… hump…

Habíamos tenido una buena relación… con mucho cariño… hump…

No sé exactamente cuántos golpes fueron, ni cuánto tiempo estuvimos allí… Cuando ya no pudo más colapsó a mi lado e intentó incorporarse pero no pudo… estaba exhausto… creo q nos quedamos así por un tiempo, uno junto al otro… no lo sé… creo q él decía algo… creo q yo también…

“Qué xuxa estás haciendo aquí todavía?” me dijo la voz… “Vete a tu fucking casa, ya es hora”… y así, sin más, me levanté… caminé a tropiezos hasta la puerta y me voltee… él gritaba algo desde el suelo de la sala, yo no lo escuchaba… había vidrios rotos y cosas tiradas por todos lados… huellas de manos en rojo en el sofá… el piso… y la pared, donde me había apoyado para levantarme… le dije algo desde la puerta y salí… el seguridad me preguntó si estaba bien… yo lo mire con cara de ‘por supuesto’… “una discusión”, le dije… y me fui…

Al cruzar la calle sentí el frio de la noche en la cara y me paré a esperar un taxi… no sé qué hora era… no pasaba nadie…

Me imagino que la adrenalina comenzó a disminuir xq me comencé a sentir mal… sabes cuando el miedo se apodera de ti y no te puedes mover?... la presión en el pecho, la falta de aire, el sudor frío, el mareo, el terror… miré a mi alrededor y no veía a nadie… la calle vacía… la brisa fría… la luz de la luna… el vacío… el silencio…

Saqué el celular del bolsillo y marqué… marqué … y marqué … nadie contestaba… llamé a mis amigos que pensé podían ayudarme (los nuevos… no los de toda la vida)… llamé… llamé… y llamé… nadie contestaba… 2, 3, 4 números… nada… no les iba a pedir que me buscaran, solo quería alguien que me hablara… q me dijera q no era tan mierda como me sentía… q todo iba a estar bien… q me ayudara a q todo no se desmoronara cuando la realidad me alcanzara…

Nadie contestó…

Un carro paró frente a mi… escuché una puerta q se abría y alguien me preguntaba si estaba bien… “solo quieres irte a casa” me dijo la voz… “solo quiero ir a mi casa”, repetí… “yo te llevo”, me dijo la persona parada junto a mi… Un taxista se había detenido para ayudarme… yo no había levantado la mano para llamarlo… él me vio y se detuvo… un ángel quizá… de esos que ya casi no existen… me encontró de rodillas en la acera, con el teléfono en las manos… doblegado por el llanto… sobre la Cincuentenario, a la altura de Coco del Mar… “vamos”, me dijo…

Al llegar a casa entré en silencio… en el camino me había calmado… caminé hasta el baño sin prender ninguna luz… ya había abierto la llave y el sonido del agua rebotaba en los azulejos inundando la habitación… me apoyé en el lavamanos y respire hondo… ya todo estaba tranquilo… en silencio… con la mano izquierda encendí el interruptor en la pared y me quede allí… así, inmóvil… los nudillos inflamados me llamaron la atención… rojo oscuro entre los dedos… la sangre… el color de la piel emputada era distintivo… si así estaba mi mano…

Lentamente giré hacia la derecha para mirarme en el espejo… y allí fue cuando lo vi por primera vez… sus ojos rojos inyectados de rabia, su piel manchada de rojo y naranja… su expresión fría y serena… un lente de contacto pegado en un costado… la camisa rota, la respiración lenta y calmada… “Hola”, me dijo la voz… y nos miramos por un momento en silencio… su cara se acercó a la mía, nos estudiamos mutuamente… cada moretón, cada cortada… el ardor en la mejilla… el labio partido, cada línea q dejaron las lágrimas al bajar por la sangre seca... como una tela rasgada por el uso… los coágulos en el labio superior… el olor a oxido y a sal…

Nada que una buena ducha no pudiera aliviar…

Contusiones múltiples, tres fracturas en el tabique y cinco fisuras craneales, dos en el temporal izquierdo y tres en el hueso frontal a la altura del ojo derecho… “no puedes ni tropezarte”, me dijo la doctora en el Cuarto de Urgencias… “un tropiezo, un codazo accidental… cualquier golpe q te des en la cara mientras los huesos sueldan y el daño puede ser irreversible”…

“Daño irreversible…”, me dijo la voz. “Un poco tarde, no crees?"... y ambos sonreimos...