jueves, 18 de febrero de 2010

Un Príncipe en otro tono de azul… (bedtime story for boys who don't want to grow up).


Erase una vez, en un Reino muy muy cercano, un joven y un poco jodido príncipe que fue invitado a una Mascarada en la plaza del pueblo. Como parte de la celebración anual de Su Majestad se llevaba a cabo un festival de unos días, donde Cortesanos y Plebeyos compartían y celebraban bajo una aparente igualdad.

La primera noche nuestro pequeño príncipe, recién llegado al pueblo, bajó al baile de mascaras para encontrarse con sus amigos, pero en el camino decidió separarse de su grupo y desviarse para saludar a un grupo de Hadas que se encontraban en la plaza.

Para su sorpresa, una de las Hadas estaba hablando con un joven Vaquero del lugar, que se encontraba allí de paso. "Quien será ese hermoso Vaquerito que habla con la más pequeña de las Hadas?", se preguntó nuestro joven y un poco jodido príncipe. El Vaquero, al ver al príncipe, sonrió con sinceridad a modo de saludo y nuestro príncipe pensó que era la más hermosa de las sonrisas que había visto en mucho tiempo.

Dicen los entendidos en las Artes Ocultas que a través de una sonrisa y una mirada sincera puedes conocer hasta el más profundo de los secretos de una persona, si sabes observar correctamente. Y el joven y un poco jodido príncipe, observó. Observó con mucha atención porque lo que vio le pareció maravilloso.

"Quien será ese hermoso Vaquerito que habla con la más pequeña de las Hadas y tiene en su mirada el brillo del Lucero del Amanecer?", pensó nuestro pequeño príncipe al tiempo que dudaba si acercarse o no al Vaquerito para tratar de conocerlo mejor...

Los sirvientes reales repartían brebajes y pociones refrescantes a los asistentes al baile y esa fue la excusa perfecta para que nuestro héroe se acercara al Vaquerito. "Desea usted que le ofrezca algo para beber, mi joven caballero?", dijo el pequeño príncipe al tratar de sostener la mirada para que no se notara su nerviosismo. "Es usted muy amable", respondió el hermoso Vaquerito con el rostro un poquito más sonrosado de lo habitual, "en realidad sería un placer tener algo que beber en este momento".

Cronos no espera a nadie, y aunque las arenas del reloj parecían suspendidas en el aire, la noche siguió su curso... y doce meses pasaron en un amanecer; y una vida entera fue contada en un instante entre un joven y un poco jodido príncipe y un Vaquerito, cuyos caminos se cruzaban por primera vez.

La sonrisa del Vaquerito iluminaba el rostro del príncipe y le hacia recordar sentimientos que hacía mucho tiempo ya había guardado en un lugar secreto donde nadie pudiera encontrarlos para hacerle daño. Sentimientos que no sabía si era bueno despertar.

Las festividades en honor a su Majestad terminaban y todos comenzaban a retirarse... las mascaras fueron cayendo y la realidad, como un balde de agua, trajo a Dorothy de vuelta a Kansas... Aunque cada quien quiera hacerse su vida, Delfos siempre revela otro camino y nuestro destino gira constantemente para mantenernos conscientes de que estamos vivos.

Está de más contar que nuestro joven y un poco jodido príncipe no se quedó con el Vaquerito, ya que de ser así este post no existiría. Como el "2" es un número impar, siempre hay alquien más en la historia que cambia los acontecimientos.

El Vaquerito tenía a alguien más que lo esperaba y, como seguridad mata amor, los destinos de nuestros dos protagonistas tuvieron que separarse nuevamente.

El joven y un poco jodido príncipe regresó a su reino, la verdad muy triste por el desenlace de la historia, pero con la certeza de que las Moiras tienen más cosas destinadas para él; sabiendo que aunque no siempre se gane, siempre se vive y mientras se viva, se puede amar con todo el ser aunque sea un breve instante; con la alegría de haber visto el amanecer reflejado en los ojos de una persona amada; con la certeza de haber sido amado sinceramente, aunque fuese en un grano de arena suspendido en el tiempo.